Memo contempla a veces la posibilidad de una guerra viral, eso le da mucho miedo, algo diminuto matando a millones. Le impresiona cómo algo tan chiquito puede quebrar economías y cambiar las vidas de millones de personas.

Según Memo la enfermedad es no estar normal, sin embargo, uno puede aprender a superar las enfermedades y a ser feliz con lo que tiene. Hay gente con impedimentos físicos que puede hacer muchas cosas.

Para Memo la soledad fue mala cuando se separó de su esposa. Descubrió miedos propios y se sintió excluido porque nadie lo invitaba a nada. Estuvo deprimido, pero al mismo tiempo conoció la tranquilidad de estar solo.

Según Memo la cuarentena puede ser divertida si uno hace cosas nuevas en la casa y disfruta el día a día.

Cuando era niño Memo le tenía mucho miedo a la oscuridad, pensaba que era como la muerte, también le tenía miedo a acostarse y morirse. En la juventud le tuvo miedo a sus propias imprudencias. Ahora, siendo mayor, le da miedo el deterioro físico.

Memo cree que nunca se disfruta la distancia. Él, casi siempre, preferiría estar cerca de las cosas que quiere, como la familia. A veces se disfruta la distancia de los que queremos, pero es solamente porque eso permite descansar un poco.

Memo prefiere los espacios abiertos, no le gustan los conciertos en espacios cerrados, le da angustia estar en sitios en los que no se puede mover.

Memo cree que cada cosa que ha vivido le ha dejado una enseñanza, en ese sentido no cambiaría nada del pasado. A veces quisiera regresar el tiempo para estar con sus papás o regresarlo más para ser niño y poder disfrutar jugando.

A Memo le importa mucho el orden. Las mamás son quienes inculcan el valor de la limpieza, dice Memo, ellas siempre andaban con un pañito.

Memo cree que es bueno ‘poner la cara’, dejar la invisibilidad de los sentimientos, no esconderlos. Él no tuvo amigos imaginarios, pero sí ‘pensamientos invisibles’.